miércoles, 4 de febrero de 2009

Generalizando mucho (intervienen muchos más factores, además hay que tener en cuenta que las particularidades nacionales hacen que en cada estado el desarrollo económico diverja mucho respecto a los demás, pero esta es una visión personal y muy simplificada), la expansión económica del XVI lleva a una inflación tan desmesurada que unida a los continuos conflictos bélicos del XVI y la primera mitad del XVII, dejan a casi toda Europa sumida en una profunda crisis, llevando al equilibrio de poderes que viene tras Westfalia. A finales del XVII se inicia una lenta recuperación de los estados europeos, que continúa en el XVIII. Pero dado que esta mejora no repercute a toda la población, sino a las élites tradicionales, la tensión social, junto a otros factores, llevarán a las revoluciones burguesas de finales del XVIII y la primera mitad del XIX.

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