jueves, 5 de febrero de 2009

SOBRE LA ECONOMÍA EN LA EDAD MODERNA.

La economía en la Edad Moderna se puede estudiar desde varias perspectivas. Todas están interconectadas entre si y el cambio de un sólo factor influye en el resto. La Edad Moderna se inicia con la expansión de Occidente frente a la presión musulmana, Europa gana una batalla con el descubrimiento de América; gracias a los metales se consolida el capitalismo, un capitalismo comercial si se quiere, pero con la suficiente fuerza como para remover todo el orden económico y social existente.

Los tres siglos que comprenden la Edad Moderna se pueden resumir en un siglo XVI expansivo en todos los sentidos; un XVII recesivo y de crisis y, finalmente, un siglo XVIII de recuperación y expansión, donde en su segunda mitad el Reino Unido comenzará a construir un vasto imperio y cambiará su modelo de producción basándolo en el sector industrial.

Si atendemos a las cifras, la economía en la Edad Moderna sostuvo un crecimiento demográfico a pesar de las guerras, crisis de subsistencia o epidemias. La población casi se duplicó desde 1550 a 1820, pasando de 60 a 116 millones de habitantes, por tanto, podemos señalar que en ese aspecto la economía, a nivel general, fue exitosa. ¿A qué se debe este éxito relativo?.

No existe una respuesta concreta. Los adelantos desde el punto de vista de la ciencia ayudaron a mejorar los rendimientos de la agricultura (principal ocupación y sector durante los tres siglos) en niveles de producción y de productividad. El desarrollo de la literatura agronómica es otro factor, también el cambio en las formas de propiedad con las enclosures que inauguran la aparición de un capitalismo agrícola y tienden a superar la economía agrícola de subsitencia. También la expansión de los mercados y del capital; el crédito y la definitiva aceptación del dinero como una mercancía más son otros hitos a tener en cuenta.

Como bien señala Wallerstein, los tiempos modernos ven nacer el nuevo sistema mundial. Una economía mundo que supera todos los localismos medievales, y un poder económico que prograsivamente irá ganando protagonismo y separándose del poder político. Los mecanismos del capitalismo y del mercado no han variado en esencia desde los inicios de la modernidad hasta nuestros días: inflación-deflación, expansión del crédito, especulación son algunos de los rasgos que hoy en día también caracterizan a nuestra economía, a un nivel más complejo por supuesto.

Es también en la Edad Moderna donde la ciencia, tal y como la conocemos hoy en día, es concebida. La economía aparece como una ciencia autónoma, con leyes propias, y con la capacidad de predecir (en teoría) los movimientos de los mercados. Adam Smith o David Ricardo posteriormente; en el siglo XVI Bodino o Tomás de Mercado, pensadores que elevaron lo económico a disciplina científica, además de motor principal de todas las potencias del momento.

Es tal la magnitud y desarrollo que adquiere la economía durante la Edad Moderna que finalmente terminará por someter al poder político. Progresivamente las normas sociales, los derechos de paso, las corporaciones o gremios irán desapareciendo en favor de las doctrinas liberales. Será en el siglo XIX cuando se consuma este proceso, y serán los pensadores de cuño marxista los que encuentren una explicación (La Gran Transformación, Karl Polanyi). Simplemente en estos siglos se prepara el terreno para la libertad de mercado, son los siglos de aparición del capitalismo.

Es en la llamada Revolución Industrial cuando se genera un cambio cualitativo importante, de ahí el uso de la palabra revolución. Es un cambio en el sistema de producción que ocasiona una modificación en las pautas de vida del individuo: migración campo-ciudad; proletarización; degeneración de las condiciones de vida y hacinamiento en las ciudades. Todo este proceso también se está gestando durante los siglos modernos.

En definitiva, la Edad Moderna supone un corte con el mundo medieval en lo económico. La economía empieza secularizándose (como toda la sociedad) en el siglo XVI, para terminar con una madurez en el siglo XVIII, libre de todo yugo político y moral (en teoría). Pero es ese poder político en forma de Estado Moderno el que impulsa en parte este proceso.

Finalmente, y a modo de valoración personal del curso y la asignatura, señalar que el curso me ha proporcionado una idea estructural de la economía en los siglos XVI, XVII y XVIII. Las partes prácticas me han permitido acercarme a coyunturas (industria, agricultura en los Países Bajos o el trabajo sobre los precios) las cuales han enriquecido ese conocimiento estructural. En definitiva, a base de trabajo continuo nos acercamos al conocimento más o menos objetivo y verdadero de los procesos históricos y de los cambios.

2 comentarios:

David Alonso dijo...

Estimado José:
Tu resumen es magnífico. Eso sí, tengo muchas dudas que Tomás de Mercado, por ejemplo, concibiese la economía como ciencia autónoma. La Escuela de Salamanca fue un movimiento concebido desde la teología, a pesar de la modernidad de sus postulados. Te recomiendo al respecto el libro de A. del Vigo, Cambistas y mercaderes.
Un saludo

Calderón Serrano dijo...

Lo cierto es que la redacción del párrafo lleva a confusión. Mi error es pasar por alto la Revolución Científica y la adopción de un método de análisis científico. Lo que quería decir es que en la Edad Moderna se desarrolla el pensamiento económico, desde el XVI (donde ya existe cierta secularización) hasta el XVIII donde se considera que la economía se rige por leyes físico-naturales.
Un saludo profesor. José.